Los ángeles no son como los pintan, el amor tampoco.
Tus alas no despliegan impresiones, pero me han llevado tan alto que el vértigo me atemoriza en ocasiones. Me decía la pasión que se terminaría la insertidumbre, pero quien no espera nada, quien no es jactansioso, quien no deja de ser, me sumergió en ti, me cubrió contigo, hermosa mensajera cambiante, que en esa insertidumbre inesperada me haces girar y caer, tropezar y volar, y volar, y volar.
Somos soga que no se rompe, somos guerreros, somos esclavos, pero siempre somos, ya no soy, siempre somos.
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