viernes, abril 29, 2011

Siempre

Aún en tu silencio gritas con ensordecedora voz,
tu suave murmullo llega hasta el escondido oído:
gota a gota, sereno, paciente, sin pausa;
integralmente acomodas las piezas con paciencia,
una a una, o todas a la vez, tal que miles de planes pasan.
Y aún tu propósito prevalece.
Me abrazas en mi forcejeo, me calmas.
Esperas con seguridad que mi llanto reblandezca la tierra endurecida.
Y cuando las lágrimas hacen una pausa,
puedo ver que estas ahí, siempre estuviste ahí.

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